Mitos y verdades del 5G: el mayor riesgo está en la desinformación
- Geraldine Cruzado Jara
- 6 ago 2020
- 2 Min. de lectura
La versión más radicalizada de las teorías afirma que las antenas 5G son una vía de transmisión del COVID-19. Esto es falso y físicamente imposible.
Estas ondas electromagnéticas se emiten con una potencia controlada y, al interactuar con el cuerpo humano, producen un imperceptible aumento de temperatura que el cuerpo autorregula. Es imperceptible pues el aumento de temperatura producido es mucho menor a un grado. La energía de esta onda electromagnética no es suficiente como para ionizar las moléculas del cuerpo y producir algún daño celular. El efecto térmico descrito es el efecto reconocido que se ha dado en las tecnologías 2G, 3G, 4G y se presentará en la siguiente generación 5G.

El origen de las reacciones desproporcionadas frente a la tecnología de comunicaciones móviles en este caso, las de 5G, que hemos conocido por la prensa estos últimos días, está en actos premeditados de personas u organizaciones que monetizan, y consiguen rédito en las “visitas” y “likes” de las fuentes de contenido en redes sociales. Es una combinación muy perniciosa que tiene una muy pequeña parte de verdad y una gran parte de falsedad, todo empaquetado en un formato de fácil asimilación; en suma, una operación publicitaria perfecta.
En el Perú, al tiempo que se escribe este texto, es importante dejar claramente establecido que no existe ninguna red de tecnología 5G que esté en funciones en todo el territorio. Es más, no se encuentra en tránsito a ser desplegada y, menos, operada. El despliegue de una tecnología de red móvil en un país o territorio es un proceso complejo que tiene, en síntesis, tres grandes fases.
La primera fase abarca: el tema legal y regulatorio, y se activa una vez que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) aprueba los estándares técnicos.
La segunda fase: es aquella en la que se hace toda la planificación de la red a ser desplegada.
La tercera fase: se dedica a las instalaciones de los componentes de la red, entre las cuales están las estaciones de radio que necesitan antenas para funcionar

Como todo recurso tecnológico, el uso de las ondas electromagnéticas se da en la sociedad dentro de un marco regulatorio muy sólido y racional, que tiene como propósito primordial el buen uso de un recurso escaso, como es el espacio radioeléctrico, atendiendo a la vez las funciones propias de la comunicación y la compatibilidad con las cosas, las personas y el medio ambiente en general.
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